lunes, 21 de diciembre de 2009

sábado, 19 de diciembre de 2009

Las golondrinas



¿Adónde te irás volando por esos cielos,
brasita negra que lustra la claridad?
Detrás de tu vuelo errante mis ojos gozan
la inmensidad, la inmensidad.

Veleros de la tormenta se van las nubes,
y en surcos de luz dorada se pone el sol
y como sílabas negras, las golondrinas
dicen adiós, dicen adiós.

Vuela, vuela, vuela, golondrina,
vuelve del más allá.
Vuelve desde el fondo de la vida
sobre la luz, cruzando el mar,
cruzando el mar.

Un cielo de barriletes tiene la tarde,
y el viento en las arboledas cantando va
y desandando los días mi pensamiento
también se va, también se va.

Cuando se acorten los días junto a mi sombra
y en mi alma caiga sangrando el atardecer,
yo levantaré los ojos pidiendo al cielo
volverte a ver, volverte a ver.


Letra: Jaime Dávalos
Música: Eduardo Falú

Bendita la luz



Bendito el lugar y el motivo de estar ahí
bendita la coincidencia.
Bendito el reloj que nos puso puntual
ahí bendita sea tu presencia.
Bendito Dios por encontrarnos en el camino
y de quitarme esta soledad de mi destino.

Bendita la luz,
bendita la luz de tu mirada
bendita la luz,
bendita la luz de tu mirada
desde el alma.

Benditos ojos que me esquivaban,
simulaban desdén que me ignoraba
y de repente sostienes la mirada.
Bendito Dios por encontrarnos
en el camino y de quitarme
esta soledad de mi destino.

Bendita la luz,
bendita la luz de tu mirada
bendita la luz,
bendita la luz de tu mirada, oh.

Gloria divina de esta suerte,
del buen tino,
de encontrarte justo ahí,
en medio del camino.
Gloria al cielo de encontrarte ahora,
llevarte mi soledad
y coincidir en mi destino,
en el mismo destino.
Épale

Bendita la luz,
bendita la luz de tu mirada
bendita la luz,
bendita la luz de tu mirada.

Bendita mirada, oh,
bendita mirada desde el alma.
Tu mirada, oh oh,
bendita, bendita,
bendita mirada,
bendita tu alma y bendita tu luz.
Tu mirada, oh oh.
Oh oh, te digo es tan bendita
tu luz amor.
Y tu mirada oh, oh.
Bendito el reloj y bendito el lugar,
benditos tus besos cerquita del mar.
Y tu mirada, oh, oh.
Amor amor, qué bendita tu mirada,
tu mirada amor.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Volarás




Caminando por la vida me he encontrado una paloma
Que me dijo estaba herida, sin saber si volaría
Que me dijo estaba herida, sin saber si volaría

Volarás, volarás
Volarás, volarás

No perdiendo la esperanza, encumbrándote a lo bello
Invitando a otras palomas, para que ocupen nuestro cielo

Volarás, volarás
Volarás, volarás

Yo le dije inventa un rumbo para que volemos todos
Ven acá, sueña de nuevo, queda aún un largo trecho.
Ven acá, sueña de nuevo, queda aún un largo trecho.

Volarás, volarás
Volarás, volarás

Enfrentándote a los vientos encontrando el aire puro
Castigando los tormentos, vamos juntos por el mundo

Volarás, volarás
Volarás, volarás

jueves, 29 de octubre de 2009

Entrevista a Diana Bellesi




“Una de las razones por las que escribo más en El Tigre que en la ciudad, es porque paso mucho de mi tiempo libre en el ranchito que allá tengo. Pero hay otra razón, y es que no en vano elijo ese lugar. Allá reedito algo emocional de mi infancia. Es un ámbito campestre, rodeado por la naturaleza y con otra presencia de la voz humana. Me resulta afín ese espacio, arcaicamente afín. Un lugar donde la naturaleza, aún domesticada, se impone todo el tiempo.”


“Además del yuyerío y el bicherío omnipresentes en mi escritura, mi propia manera de mirar un pajarito, una florcita o un grillo, implica alguna clase de meditación y de enamoramiento a lo que yo llamo “sujeto”. Y si bien cualquiera se espantaría de pensar que una torcaza es un sujeto, yo pienso que tanto un árbol como un bichito tienen una autonomía que me permite a mí relacionarme con él. Por supuesto que no hay un ida y vuelta tan visible como lo puede haber con un gato o como lo hay con un ser humano, pero me encanta la actitud de acechar al pajarito de manera tal que él no se dé cuenta que estoy ahí y lo observo. Mientras acecho, mi cabeza trabaja, trabaja en el imperio de lo humano. Se le ocurren todo tipo de cosas, mira al pájaro y lo refrenda con ideas que, seguramente, no tienen nada que ver con lo que a él le pasa”.


“Al contemplar al gorrioncito en una rama, crece y crece la ilusión de creer que puedo mirar lo que él mira. Pero en ese campo de ilusiones también hay un esfuerzo por dejar caer mi ego personal y entrar al campo de ilusiones del otro, del gorrión en este caso”.

jueves, 22 de octubre de 2009

miércoles, 21 de octubre de 2009

Oración al ave



Ave llena de gracia, de color, de armonía,
con quien de niño fuera cruel: el alma mía
entona el "mea culpa" de los actos cruentos
- que hoy son el torcedor de mis remordimientos-
por el pájaro muerto, por el pájaro herido,
por el que hemos privado del amor de su nido,
y el nido que hemos roto, porque sí, torpemente,
sin pensar que era obra de un ser inteligente,
de un ser útil y bueno, todo ritmo y canción,
y que era el nido aquél su propio corazón;
sin recordar siquiera que es pecado, muy grave,
nada más que manchar el plumaje de un ave...

Así, por el amor que hoy palpita en mis versos,
quisiera redimirme de esos actos perversos
y, en virtud de ese amor, me fueran perdonados,
por el Dios de las Aves, todos esos pecados.

El teru-tero


El traje color picazo,
la pata, el puon y el ojo,
todos tres, del mismo rojo,
y en la cara negro trazo.

Vive a lo indio en el estero,
lleva a lo gaucho la vincha,
con una plumita pincha
y se sujeta el sombrero.

Como si un poncho invisible
del hombro se le cayera
y levantarlo quisiera
hace un esguince risible.

Una cuerpeada que pega
como atajándose de
un golpe que él sólo ve,
pero que nunca le llega.

Se alimenta con "bichitos",
anida siempre en el suelo,
y el blando ritmo del vuelo
lo acompasa con sus gritos.

Mas el grito que acompasa
se agudiza enloquecido
si un intruso, junto al nido
donde está incubando, pasa.

Grita, y planeando seguro,
grandes círculos describe
mientras, alternos, exhibe
pecho blanco y lomo oscuro.

Y exagera la algarada
lejos del sitio en que puso;
que así despista al intruso
y defiende la nidada.

En invernal mañanita
de escarcha o viento pampero,
en su Teru, teru, tero...
el campo entero tirita.

Guardián seguro y gratuito
que día y noche vigila,
cuanto ocurre lo ventila
de inmediato con su grito.

Y es más él, si se desvive
su propio nombre anunciando,
y parece que no vive
si no se mata gritando...

martes, 20 de octubre de 2009

Las aves nos saben (foto: Lito Ferrer)


Van las aves
sumergidas en el aire
volándonos a lo lejos.
Tan densos. Y riesgosos.
Tan de aquí mismo y atenidos
a los goces primarios
que sólo engendran la melancolía.
Y nos saben astutos
pero necios
capaces de agostar la distancia
antes de usufructuar el vuelo.
Quizás nos tengan lástima y por eso
regalándose a nuestros ojos ávidos
algo nos permiten de su aire.

jueves, 15 de octubre de 2009


Quiero esa fe de los pájaros
cuando se arrojan al aire.

Sembrando sentires


Canto V


- El ave canta y agrada
porque no se escucha
a sí misma.


- ¿Cómo sabes
que no se escucha
a sí misma?


- ... ¡Porque agrada!

Canto de chingolo


Pobre chingolito,
-vidalitay-
lo tomé del suelo,
no podía volar
-vidalitay-
porque estaba enfermo.

Con mi mano grande
-vidalitay-
con mi mano ruda,
le hice una caricia
-vidalitay-
por sobre las plumas.

No teniendo jaula
-vidalitay-
en donde ponerlo,
lo eché en la guitarra
-vidalitay-
y se quedó quietito.

Bitibío-bío
-vidalitay-
a la media noche,
bitibío-bío
-vidalitay-
lo oímos cantar.

Pero al otro día
-vidalitay-
lo encontramos muerto,
pobre chingolito
-vidalitay-
ay! vidalitay.

Y hoy mi guitarra
-vidalitay-
tiene nueva voz;
la del chingolito
-vidalitay-
que en ella murió.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

En un bar-hostería rumbo a Bariloche

 
Posted by Picasa

Cantata del abuelo Algarrobo -fragmento-


III

Padre y señor del bosque
¡Catedral de los pájaros!

Voy a decir el nombre de los seres
que visitan tu cielo entrelazado,
con la alegría de alabar amigos
y la emoción de recordar hermanos:
sea el primero la calandria pura
que provoca la luz desde su canto,
y ama a la luz como los niños ciegos,
la cigarra estival y los lagartos;
y el hornero, vestido de estameña,
con su traje de monje franciscano,
ágil maestro que enseñó a los hombres
esas artes clarísimas del barro;
y la urpila de cuello femenino,
un si es o no es tornasolado,
donde tiene su asiento la ternura
con su gemido dulcemente cálido;
y la urraca del ingenuo vocerío;
y la torcaza del amor cristiano;
y la leve chirigua mañanera
que se levanta con el sol, cantando;
y el loro verde y la cotorra verde
que conocen idiomas olvidados;
y el cardenal y su orgulloso porte;
y la llaga del pecho colorado
de quien dicen los viejos de la noche,
ante corros de niños provincianos,
que el chingolo lo hirió con su cuchillo
allá por los tiempos del milagro;
y el chingolo, social y comedido;
y el rundún, ese diamante alado,
que conduce las cartas de las flores
cuando aquellas se escriben en verano;
y el zorzal de enlutada vestidura,
siempre de pie sobre los gajos altos,
evocando una ardiente melodía
en su pequeño corazón de piano;
y el carpintero, de bonete grana,
que martilla tu leño centenario
cual si buscase apasionadamente
el alma oculta y vegetal del árbol;
y también la viajera golondrina
que conduce un mensaje perfumado
con los pinos del norte y las palmeras
y las olas del golfo mejicano;
y el reimoro de azules albornoces,
príncipe azul sobre la paz del campo,
trinador excelente que domina
registros de tenor y de soprano;
y la viudita de color de nieve,
con el borde del ala ribeteado
de severo negror, que nadie mata
pues la custodia su dolor callado;
y el cachilote, cobarde ladronzuelo,
y sibarita de yantar holgado,
que perfora los bellos huevecitos
para beberles su interior dorado;
y el crespín con su drama misterioso,
y su persona de fantasma trágico,
que acidula las mieles del estío
con la amargura de su largo llanto;
y el halcón de los ojos avizores,
la pradera y el monte dominando
que es en sí mismo vibradora flecha
querrero cruel y puntería de arco.

Y los otos, los pájaros nocturnos,
que nos miran con ojos afiebrados
y poseen la clave del amauta
para leer los quipos del presagio:
digo el lechuzo de mirar insomne,
ante cuyo chillido destemplado
la joven madre se persigna y reza
y la amada se vuelve hacia el amado;
digo el colcón que pone en tus ojivas
sugerencias de coro gregoriano
y también un horror de brujerías
en el silencio de su grito mágico;
y el atajacaminos, melancólico,
que viene y va como los fuegos fatuos
y suspende el respiro en la garganta
del jinete que pasa y el caballo;
y el alicuco, que presiente el agua,
y que suele imitar en los bañados
la traslúcida tecla de las ranas
y el cristalino clavecín del sapo;
y otro pájaro más, otro nocturno,
pòr nadie visto pero sí escuchado
hacia el filo la flor de medianoche,
cuyo nombre se dice: piscu-yaco.

Algarrobo natal. Abuelo nuestro.
¡Catedral de pájaros!

martes, 22 de septiembre de 2009

Película: "Máxima ansiedad" - Año 1977



Parodia de "Los Pájaros" de Alfred Hitchcock

Ornitología

El churrinche


Churrín-churrín, cuando pasa
como un encendido anhelo:
el churrinche es una brasa
que atiza su propio vuelo.

Churrín-churrín, cuando asedia
algún insecto en el aire,
y volando con donaire
repite su nombre, a medias.

Churrín-churrín, a porfía
insiste, al par que destella:
lacre vivo con que sella
su carta de luz el Día.

jueves, 10 de septiembre de 2009

El cardenal (estilo)


Prisionero un cardenal
y en su jaula con porfía,
se lamenta noche y día
su encierro triste y fatal:
"Y digo soy cardenal
porque en las selvas me crié,
mis alegrías canté
en un solitario prado,
dos mil suspiros di al aire
y entre rejas encerrado".

"Yo también fui cardenal
que en un tiempo libre fui,
sobre de un mimbre subí
y allí me puse a cantar.
Nunca me pude pensar
que ahí estaría prisionero,
siendo un pájaro matrero
cómo me vine a encerrar
y hoy me puedo lamentar
fui un cardenal verdadero.

"Y prisionero en la jaula
ya no tengo más qué hacer
que esperar que echen alpiste
para ponerme a comer.
Y si me dan de beber
me puedo llamar ufano,
siento otros cantos lejanos
de otras aves que se alejan,
yo también dentro ‘e mis rejas
largo un canto soberano".

"Soy cardenal de gran brillo,
de pluma fina y dorada.
Soy el ave condenada
y a vivir en el presidio.
Sufro males y martirios
por mi libertad clamando,
y allá las horas logrando
por ver si puedo salir,
mas creo voy a morir
entre rejas encerrado".


Estilo muy antiguo de autor desconocido. Esta es la versión que cantaba Daniel Maximiliano “El Ciudadano” Videla Dorna.

Aclaración: la foto fuera de foco es por respeto al pájaro cardenal así no revelamos la identidad del mismo rojo de vergüenza en su condición de inocente presidiario.

Inundado de luz emprendo el vuelo.

En el punto del encuentro enarbolo mis ansias, nace el aire...

La Paloma (Habanera)


Si a tu ventana llega Una Paloma,
Tratala con cariño Que es mi persona.
Cuentale tus amores, Bien de mi vida,
Coronala de flores Que es cosa mia.

Ay! chinita que sí! Ay! que dame tu amor!
Ay! que vente conmigo, Chinita,
adonde vivo yo!
Ay! chinita que sí! Ay! que dame tu amor!
Ay! que ven te conmigo, Chinita,
adonde vivo yo...

Cuando salí de la Habana ¡Valgame Dios!
Nadie me ha visto salir si no fuí yo.
Y una linda Guachinanga como una flor,
se vino tras de mi, ¡Que sí señor!.

Si a tu ventana llega una paloma,
trátala con cariño Que es mi persona.
Cuentale tus amores, bien de mi vida,
coronala de flores que es cosa mia.

Ay! chinita que sí! ¡Ay que dame tu amor!
Ay! que ven te conmigo, Chinita, adonde vivo yo...
Ay! chinita que sí! Ay! que dame tu amor!
Ay! que ven te conmigo, Chinita, adonde vivo yo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009


Aun viven hombres que recuerdan las palomas de su mocedad,
Aún viven árboles que, en su lozanía,
se sacudieron con un viento viviente.
Pero en unas décadas sólo los robles más vetustos recordarán,
y a la larga, únicamente los montes lo sabrán.

Estamos de duerlo porque nadie más volverá a ver
la llegada de estas aves victoriosas,
que abrían el paso a la primavera en los cielos de marzo,
ahuyentando al derrotado invierno de bosques y praderas.

Siempre habrá palomas en libros y museos
pero muertas al fin, para toda delicia o afán.
No emergen ya de entre las nuebes,
ni baten sus alas en aplauso atronador.
No perciben el acicate de la temporada;
ni sienten el beso del sol, ni las azotan el viento y el temporal,
vivirán para siempre ahora que no viven más.

Tomado de "Monumento a la Paloma". 1947

lunes, 31 de agosto de 2009

La golondrina



¿A donde irá, veloz y fatigada
La golondrina que de aquí se va,
Por si en el viento se hallara extraviada
Buscando abrigo y no lo encontrara?.

Junto a mi lecho le pondré su nido
En donde pueda la estación pasar...
También yo estoy en la región perdido
Oh Cielo Santo, y sin poder volar.

Dejé también mi patria idolatrada
Esa mansión que me miró nacer,
Mi vida es hoy errante y angustida
Y ya no puedo a mi mansión volver.

Ave querida, amada peregrinam
Mi corazón al tuyo acercaré
Voy recordando, tierna golondrina,
Recordaré mi patria y lloraré.

Recordaré mi patria y lloraré.

(Canta Nana Mouskuri)

Los trazos de la canción


“Cuando rozaba la veintena, expliqué, había trabajado como ¨experto¨ en pintura moderna en una conocida firma de subastadores de obras de arte. Teníamos salones de venta en Londres y Nueva York. Yo era uno de los cinco jóvenes prodigio. La gente decía que me aguardaba una gran carrera, con la única condición de que me ciñera a las reglas del juego. Una mañana, desperté ciego.

Durante el día recuperé la visión del ojo izquierdo, pero el derecho se mantuvo torpe y nublado. El especialista que me examinó dijo que no tenía ningún problema orgánico, y diagnosticó la naturaleza de la dolencia.

-Ha estado mirando los cuadros desde una distancia demasiado corta-manifestó-. ¿Por qué no los cambia por unos horizontes despejados?

-¿Por qué no?-dije.

-¿A dónde le gustaría ir?

-A África.


El presidente de la firma dijo que no ponía en duda que algo me fallaba en la vista, pero no entendía por qué debía ir a África.
Fui a África, a Sudán. Cuando llegué al aeropuerto mis ojos se habían recuperado.”

viernes, 28 de agosto de 2009

Con las alas del alma



Con las alas del alma desplegadas al viento,
desentraño la esencia de mi propia existencia
sin desfallecimiento, y me digo que puedo
como en una constante
y me muero de miedo, pero sigo adelante...

Con las alas del alma desplegadas al viento,
porque aprecio la vida en su justa medida
al amor lo reinvento, y al vivir cada instante
y al gozar cada intento, sé que alcanzo lo grande,
con las alas del alma desplegadas al viento.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
más allá del asombro me levanto entre escombros
sin perder el aliento
y me voy de las sombras con algún filamento
y me subo a la alfombra con la magia de un cuento.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
atesoro lo humano cuando tiendo las manos
a favor del encuentro por la cosa más pura,
con la cual me alimento por mi pan de ternura,
con las alas del alma desplegadas al viento.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
ante cada noticia de estupor, de injusticia,
me desangro por dentro
y me duele la gente, su dolor, sus heridas,
porque así solamente interpreto la vida.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
más allá de la historia, de las vidas sin gloria,
sin honor ni sustento
guardaré del que escribe su mejor pensamiento
quiero amar a quien vive con las alas del alma
desplegadas al viento, al viento, al viento...

Las alas son para volar

jueves, 27 de agosto de 2009

Como un pájaro libre






Como un pájaro libre de libre vuelo,
como un pájaro libre así te quiero.

Nueve meses te tuve creciendo dentro
y aún sigues creciendo y descubriendo.
Descubriendo, aprendiendo a ser un hombre,
no hay nada de la vida que no te asombre.

Cada minuto tuyo lo vivo y muero
cuando no estás mi hijo cómo te espero
pues el miedo, un gusano, me roe y come
apenas abro un diario busco tu nombre.

Muero todos los días, pero te digo
no hay que andar tras la vida como un mendigo.
El mundo está en ti mismo, debes cambiarlo
cada vez el camino es menos largo.

Concierto para una voz



Saint Preux y Danielle Licari: inspirada en Juan Sebastian Bach.

Como un gorrión



Es menuda como un soplo
y tiene el pelo marrón
y un aire entre tierno y triste
como un gorrión.

Le gusta andar por las ramas
ir de balcón en balcón
sin que nadie le eche mano
como un gorrión.

Nació libre como el viento,
no tiene amo ni patrón
y se mueve por instinto
como un gorrión.

Pajarillo pardo...
En la Carrera
de San Bernardo,
quedó tu nido seco y vacío
quizá algún niño ya lo robó.

Pajarillo errante
que bebe el agua de los estanques
y de mi mano jamás comió.

Y no le vende al alpiste
su calor ni su canción
por ahí busca su lechuga
como un gorrión.

Y le da pena el canario
pero no envidia a un halcón.
Le gusta volar bajito
como un gorrión.

Y tutearse con las nubes
y dormir en el rincón
donde no llegan los gatos
como un gorrión.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Muerte de un pájaro



Tenía un color magnífico; era un Carpintero,
Le descargué mis perdigones,
Pareció titubear, luego cayó sobre una ancha hoja de palmera.

Lo tomé en mi mano. Era así: oro, negro, rojo.
Lo palpé, le desplegué las alas,
lo examiné minuciosa y largamente: Estaba intacto.

Debió morir de una conmoción súbita

jueves, 20 de agosto de 2009

Del canto de las aves...



Como es bien sabido, los pájaros, según las épocas, pueden entonar "organa" o "concerti":


Gonzalo de Berceo (1180-1247) nos dice muy claramente cómo cantaban las aves en:

I-. Berceo, Milagros de Nuestra Señora.

Yaciendo a la sombra perdí todos cuidados,
odí sonos de aves dulces e modulados:
nuncua udieron omes órganos más temprados,
nin que formar pudiesen sones más acordados.

Unas tienien la quinta e las otras doblaban,
otras tenien el punto, errar no las dejaban,
al posar, al mover todas se esperaban,
aves torpes nin roncas hí non se acotaban.

Non serie organista, nin serie vïolero,
nin giga nin salterio, nin manoderotero,
nin instrument nin lengua, nin tan claro vocero,
cuyo canto valiese con esto un dinero.

.......................................

Las aves “que tenían el punto” no es que hubieran picoteado hierbas raras. Quiere decirnos el poeta que ésas cantaban la voz principal (normalmente, una melodía gregoriana), ya que “punto” significa “nota” (de ahí, la palabra “contrapunto”. En gregoriano, de hecho se usaba el "punctum cuadratum" = notación musical cuadrada). Y luego había dos voces más: una a la quinta y otra a la octava. Y marchaban (más o menos) con la misma métrica, porque “al posar, al mover todas se esperaban”.

¡Eso es un organum!



El organum es la más primitiva forma de polifonía. Podemos imaginar los primeros emocionantes experimentos de canto a varias voces surgidos quizás de la casualidad: "... la armonía agradable de las voces cuando hombres, mujeres y niños creen cantar al unísono y ejecutan la octava y la doble octava..." como refirió Otger en el siglo IX.

Luis de Góngora y Argote (1561-1627) nos dirá:

II.- Góngora, Soledad Segunda

Rompida el agua en las menudas piedras,
Cristalina sonante era tïorba,
Y las confusamente acordes aves
Entre las verdes roscas de las yedras
Muchas eran, y muchas veces nueve
Aladas musas, que —de pluma leve
Engañada su oculta lira corva—
Metros inciertos sí, pero suaves,
En idïomas cantan diferentes;
Mientras cenando en pórfidos lucientes,
Lisonjean apenas
Al Júpiter marino tres sirenas.

fuente: www.experienciasmusicalesyotras.blogspot.com Antonio Torralba

miércoles, 19 de agosto de 2009

Y es una...


Solo es una la que canta
como adornando el jagüel
y parece cien gargantas
la calandria en el laurel.

...........................

Tanto sonido armonioso
brotando en su sola voz...
pinta ese toque precioso
que hay en las cosas de Dios.

Tocado de plumas "Chamacoco"



Era utilizado por los chamanes de la región del Gran Chaco -Paraguay-Brasil

Confeccionado con:
Plumas: remeras secundarias, plumas dorsales y ventrales del pato de la selva (Cairina moschata); remeras secundarias, rectrices y plumas del cuerpo en general, de la cabeza, en particular, de papagayo-verdadero (Amazona aestiva); prov. plumas do dorso de socó-boi (Tigrisoma lineatum); plumas dorsales y/o cubiertas alares de chajá (Chauna torquata); rectrices, provenientes de aracuã-do-pantanal (Ortalis canicollis); rectrices de gralha-picaça (Cyanocorax chrysops); plumas de arara-vermelha (Ara chloroptera); timoneras y cubiertas alares de falconiformes; plumas de la región abdominal de cracídeo.

Soporte: base de tejido recticular "bromeliácea", en forma de toca, seguido de tejido en trama, de aspecto rectangular.

Otros componentes: hilos de fibra de bromeliácea.
Medidas totales: 138 cm. Largura: 21 cm.

Fuente:A Plumária Indígena Brasileira no Museu de Arqueologia e Etnologia da USP. Por Sonia Ferraro Dorta.
Foto: Wagner Souza e Silva


Ornamento de chamán. Dadas las peculiaridades decorativas y simbólicas de la emplumación, y atribuído a los chamanes de las aguas. Se trata de un artefacto vinculado al vuelo mágico y a la búsqueda del alma.
Utilizado durante los viajes extáticos y, principalmente, en el ritual del Shú déich, configurado como un canto entonado en el correr de un día entero y con duración superior al recorrido de la trayectoria del sol.

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El chamán de los indios chamacocos, de Paraguay, canta a las estrellas, a las arañas y a la loca Totila, que deambula por los bosques y llora. Y canta lo que le cuenta el martin pescador:

-"No sufras hambre, no sufras sed.
Súbete a mis alas y comeremos peces del río y beberemos el viento".

Y canta lo que le cuenta la neblina:
-"Vengo a cortar la helada, para que tu pueblo no sufra frío".

Y canta lo que le cuentan los caballos del cielo:
-"Ensíllanos y vamos en busca de la lluvia..."
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¿Cómo se diferencian los grupos étnicos entre si? Entre los seres de la Creación, las aves son las más variadas. A simple vista su diversidad depende del color de las plumas. Según el tono y la textura de las colas y las alas el pájaro es loro, tucán, conoto negro... Pero el hombre no nace Chacobo, Chamacoco o Kavapo, es hombre. Cada tribu precisa señas de identidad. Lo que la naturaleza hace, para adaptarse y sobrevivir, los hombres lo copían o imitan como recurso cultural.

El arte de la pluma es común entre los distintos grupos tribales. Es su emblema distintivo y uno de los principales medios de expresión del gusto estético, entre individuos.

Esta indumentaria es utilizada por los hombres, en ocasión de ceremonias colectivas, momento también para la reivindicación de cada entidad. En las sociedades amerindias, estos adornos visten principalmente a los hombres -y no a las mujeres-, al igual como son los pájaros machos los que atraen a las hembras por el colorido de su plumaje. Pero esta tradición artística también se encuentra en los pendientes, que tanto hombres y mujeres, llevan cada día, o de los arcos y las flechas que se construyen y utilizan. Roberta Rivin, directora de la Galeria Urumbamba de París, pilota la muestra que permite introducirse en costumbres que van más allá del concepto occidental de disciplinas como pintura, escultura, arquitectura-. La preponderancia del arte plumífero se explica por el sentido de las artes corporales, por una concepción arquitectónica de la composición, por su carácter decorativo y emblemático. La dimensión estética y el diseño del arte de las plumas sirve mucho para aprender.

Para hacer el retrato de un pájaro


Dibujos: Moira Buscazzo



Pintar primero una jaula
con la puerta abierta
pintar después algo bonito
algo simple, algo bello,
algo útil para el pájaro.
Apoyar después la tela contra un árbol
En un jardín en un soto
o en un bosque esconderse tras el árbol
Sin decir nada, sin moverse
A veces el pájaro llega enseguida
Pero puede tardar años
antes de decidirse.
No hay que desanimarse
Hay que esperar
Esperar si es necesario durante años
La celeridad o la tardanza
En la llegada del pájaro
No tiene nada que ver
Con la calidad del cuadro.
Cuando el pájaro llega, si llega
observar el más profundo silencio
esperar que el pájaro entre en la jaula
y una vez que haya entrado
cerrar suavemente la puerta con el pincel.

Después borrar uno a uno todos los barrotes
cuidando de no tocar ninguna pluma del pájaro.

Hacer acto seguido, el retrato del árbol,
escogiendo la rama más bella para el pájaro,
Pintar también el verde follaje
Y la frescura del viento,
El polvillo del sol
y el ruido de los bichos de la hierva en el calor estival
y después esperar
que el pájaro se decida a cantar.

Si el pájaro no canta, mala señal,
Señal de que el cuadro es malo,
Pero si canta es buena señal,
Señal de que podéis firmar.
Entonces arrancadle delicadamente
una pluma al pájaro
Y escribid vuestro nombre
En un ángulo del cuadro.

jueves, 13 de agosto de 2009

Tarea escolar


Dos y dos cuatro
Cuatro y cuatro ocho
Ocho y ocho dieciséis…
¡Repetid! dice el maestro
Dos y dos cuatro
Cuatro y cuatro ocho
Ocho y ocho dieciséis.
Pero hete aquí que el pájaro lira
Pasa por el cielo
El niño lo ve
El niño lo oye
El niño lo llama:
¡Sálvame
Juega conmigo
Pajarillo!
Entonces el pájaro desciende
Y juega con el niño
Dos y dos cuatro
¡Repetid! dice el maestro
Y el niño juega
El pájaro juega con el
Cuatro y cuatro ocho
Ocho y ocho dieciséis
¿Y dieciséis y dieciséis, cuanto es?
Dieciséis y dieciséis no son nada
Y mucho menos
De ninguna manera
Treinta y dos
Y sigue la ronda.
El niño ha escondido al pájaro
En su pupitre
Y todos los niños
Escuchan su canto
Y todos los niños
Escuchan su música
Y ocho y ocho desfilan a su vez
Y cuatro y cuatro y dos y dos
Desfilan a su vez
Y uno y uno a la una a las dos
Uno y uno desfilan también.
Y el pájaro lira juega
Y el niño canta
Y el profesor grita:
¡Cuando terminareis de hacer el payaso!
Pero los demás niños
Escuchan música
Y las paredes de la clase
Se desploman tranquilamente.
Y los vidrios vuelven a ser arena
La tinta vuelve a ser agua
Los pupitres vuelven a ser árboles
La tiza vuelve a ser acantilado
Y el portaplumas vuelve a ser pájaro.

Chanson de l'oiseleur


L'oiseau qui vole si doucement
L'oiseau rouge et tiède comme le sang
L'oiseau si tendre l'oiseau moqueur
L'oiseau qui soudain prend peur
L'oiseau qui soudain se cogne
L'oiseau qui voudrait s'enfuir
L'oiseau seul et affolé
L'oiseau qui voudrait vivre
L'oiseau qui voudrait chanter
L'oiseau qui voudrait crier
L'oiseau rouge et tiède comme le sang
L'oiseau qui vole si doucement
C'est ton coeur jolie enfant
Ton coeur qui bat de l'aile si tristement
Contre ton sein si dur si blanc

El ave que vuela tan despacio
El ave roja y tibia como la sangre
El ave que tiende al ave burlona
El ave que de repente se asusta
El ave que de repente se da un golpe
El ave que querría huir
El ave sola y enloquecida
El ave que querría vivir
El ave que querría cantar
El ave que querría gritar
El ave roja y tibia como la sangre
El ave que vuela así despacio
es tu corazón hermoso niño
Tu corazón que esta alicaído tan tristemente
Contra tu pecho tan duro tan blanco.

Aves errantes


1
Errantes aves del estío vienen a mi ventana
para cantar y luego irse volando.
Y amarillas hojas del otoño, que no tienen cánticos,
revolotean y caen allí con un suspiro.

2
¡Oh, compañía de pequeños vagabundos del mundo,
deja las huellas de tus pisadas en mis palabras!

lunes, 3 de agosto de 2009

Como dos rejas



Quisiera ser como el pájaro
que al despuntar la mañana,
despierta y le canta al mundo
el canto de una esperanza.

Quisiera ser como el pájaro
que se une a la bandada,
para surcar en el aire
una melga con sus alas;
como si fueran dos rejas,
por el sol iluminada.

Quisiera ser como el pájaro
que al despuntar la mañana,
despierta y le canta al mundo
y el mundo a veces... lo mata.

Quisiera ser como el pájaro,
que tan sólo abre su pico
para cantar y llevar
comida para sus hijos.

Pero apenas soy un hombre,
es por eso que te pido:
¡de pájaro quiero el alma
si vuelvo a nacer, Dios mío!

Tan sólo quiero cantar
para llenar el vacío
y la inmensa soledad
de aquellos que tienen frío,
y sólo sueñan tener
abrigo para sus hijos.

Quisiera ser como el pájaro,
que al despuntar la mañana
despierta y le canta al mundo
el canto de una esperanza.

Quisiera ser como el pájaro
que al despuntar la mañana,
despierta y le canta al mundo...
y el mundo a veces... lo mata.

sábado, 27 de junio de 2009

La creatividad


Viene de antes que vos y sorpresivamente
a veces te habla.
Mientras tanto el artista hace
garabatos y cree
gobernar la manija creativa.

A veces se te asienta
el pájaro famoso de la inspiración
y otras un sapo intuitivo
salta en tu pecho y caza hermosa mariposa.

Creíste ser el creador de eso
cuando era el otro,
el que está escondido siglos y siglos atrás
y te habló porque estabas propicio a escucharlo.

Pero vos creíste ser el fabricante de crear
cuando más bien agradecé
porque te arrojaron desde lejos, si acaso,
un pedazo de verdá.

Porque antes de eso
cuántas veces creíste que sí,
que eras vos el creador y al intentar
hacer arte sólo hiciste
palos de ciego, merdosidá.

Luego si nadie es creador ¿qué pasa? Nada,
porque todo es garabatear mientras se espera
que desde lejos, de alivio,
se te asiente un pájaro hermoso
o el sapo intuitivo te entregue una mariposa.

El pájaro cobrador


Busco hallar ver si un pajarólogo
m' explica qué pájaro es ese
que nun árbol del fondo de mi casa
canta fiero diciéndome págueme págueme págueme.

No lo he visto pero lo oigo
y me trae inquietú porque no sé,
se me ocurre ques de mal agüero
eso de que un bicho hable
como si fuera gente.

Mucho es atrevimiento de en mis propias barbas
decir eso de "págueme";
pero es mejor que no me asuste.
Pienso es una desobediencia del pájaro
pues alguna bruja
lo mandó a otro destino pero vino aquí
pensando era lo mismo cobrarle a uno u otro
ya que todos somos deudores de algo.

Elegía a Jesús Menéndez


Pasó una paloma herida,
volando cerca de mí;
roja le brillaba un ala,
que yo la vi,
......................
Pasó una paloma herida,
volando cerca de mí;
rojo le brillaba el pico,
que yo la vi.
...........................
Pasó una paloma herida,
volando cerca de mí,
rojo le brillaba el cuello,
que yo la vi.
..........................
Pasó una paloma herida,
volando cerca de mí;
rojo le brillaba el pecho,
que yo la vi.
..........................
Pasó una paloma herida,
volando cerca de mí,
iba volando, volando,
volando, que yo la vi.
........................

Pájaro negro


Mi casa es un follaje de frecuentes amenazas,
He pintado las paredes de pájaros azules,
Pájaros de exuberante plumaje.
Necesito su algarabía.

Ni un aleteo
Ni el más breve canto.
Pájaros mudos que me inquietan.
Me siento,
Me levanto,
Camino meditabunda,
Cabizbaja.

En el fondo del baúl hay un pájaro negro,
Me llena de pánico.
Ese pájaro no canta
Ese pájaro no vuela.
Ese pájaro dispara.

viernes, 19 de junio de 2009

miércoles, 10 de junio de 2009

Pájaros, a volar en libertad.


Barriendo brasas de sol
horneaba nubes la tarde,
y una ceniza caliente
volaban las garzas reales.

Puñaladas de alegría
tiraba un gurí salvaje
y cencerreaban los sapos
mientras en los timbosales
tartamudear de chicharas
-chismes de músicos leales-
maduraban las sandías
coloradas del paisaje.

Pasan de trote a galope
-por quererlo el que va encima-
cuatro cascos tamboreros
que su tarará repican.

Y un hombre enciende a rodajas...
rabia de fuerza felina
y arde en otra galopeada
con la polvareda encima...
Ya son diez llaves sus manos
abriendo sonora celda,
celda estrellada de pájaros
a los que explica en su lengua:

\\\" Salí zorzal andariego,
salí calandria costera,
buscá rumbo tordo arisco
que está naciendo una estrella;
enancátele a los vientos
Juan Soldao de las isletas,
metele ala cardenal,
puertía cabecita negra.

Vuelen todos en bandada,
salgan tuitos de la celda,
no quiero canto encerrao,
a volar, torcaza vieja.
Quiere ser libre el que es pájaro
-no tiemble doña boyera-

Quiero ver cantores libres
vuélvanse pa´la querencia
respiren vientos costeros
pero no dende una reja.
Quiero ver cantores libres
en tus cuatro rumbos tierra
porque sin la libertad
el alma del mundo está muerta.

Quiero ver cantores libres
vuélvanse pa´la querencia
respiren vientos costeros
pero no dende una reja.
Quiero ver cantores libres
en tus cuatro rumbos tierra
porque sin la libertad
el alma del mundo está muerta.

viernes, 22 de mayo de 2009

Recomendaciones.


El Hombre de Alcatraz. (Birdman of Alcatraz).

año: 1962

DIRECTOR John Frankenheimer
GUIÓN Guy Trosper
MÚSICA Elmer Bernstein
FOTOGRAFÍA Burnett Guffey (B&W)
REPARTO Burt Lancaster, Karl Malden, Neville Brand, Thelma Ritter, Betty Field, Hugh Marlowe, Edmond O'Brien, Telly Savalas
PRODUCTORA United Artists


Resumen: Robert Stroud, un presidiario condenado a 12 años de cárcel, cuida de pájaros enfermos que acuden a la ventana de su celda, y con el tiempo acaba convirtiéndose en un ornitólogo de fama mundial.

viva la patria, viva la libertad, larga vida al pájaro!

El pájaro es igual a la estatura.


El pájaro es igual a la estatura
y el hombre circunscribe
su densidad primaria.

Es cierto.
Se alarga de mí lo primitivo
sobre el canto.

Es bueno que me desprecien,
es bueno que me hagan descender,
es bueno que me hundan hasta el cuello,
es bueno que me unan al animal,
al hermano con frío y hambre y raros apetitos,
que me unan al origen.

Es bueno
que me pregunten
dónde perdí la parte,
la brevedad del Dios
que me integraba.

Es bueno que me miren,
alucinados,
desde arriba.
Es bueno que pregunten,
me interroguen,
por las putrefacciones.

Es bueno
que analicen mis remiendos,
mis pobres peregrinaciones
y mis dudas.

Es bueno que rebajen
mi materialidad,
mi plasma,
mi ameba discutible,
mi piel de sensaciones,
mis venas,
mis latidos,
mi aptetito de compartir,
de repartir,
de dar,
de diez, de mil, de millonésima
parte de millones.

Es bueno
haber perdido
tanta ala,
tanto perdón,
y tanta mansedumbre.

Es bueno descubrir
que uno ha bajado,
ha descendido tanto
que sólo llega allí la voz,
el misterio,
la comunión,
lo compartido,
lo miserable
de los que todavía
creen ser Dios
y lloran por nosotros.

Qué bueno
es un pájaro igual que la estatura.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Los hijos y los pájaros



Los hijos se parecen
al vuelo de los pájaros
porque tienen la urgencia
dispuesta a flor de labios,
Y está bien que así sea
porque al final la vida
les crece entre las manos.

Los hijos se parecen
al vuelo de los pájaros
porque llenan el día
poniéndolo más claro.
Y está bien que así sea
porque al final la muerte
se cae de sus manos.

Los hijos se parecen
al vuelo de los pájaros
porque siempre estan yendo
al límite más blanco.
Y está bien que así sea
porque al final nosotros
viajamos en sus manos.

Los hijos se parecen
al vuelo de los pájaros
porque al final la suerte,
nuestra suerte,
se distrae volando...

Los hijos y los pájaros.

jueves, 7 de mayo de 2009

El juego de la oca IV



El juego de la Oca pertenece a ese tipo de diversiones que son una metáfora de la vida en sociedad y de la comunicación a través de relatos: tiene un principio y un fin; están presentes los animales y la naturaleza; son frecuentes los obstáculo(peligro de no poder movernos, suerte o desgracia), y, sobre todo, representa el viaje laberíntico de la existencia con sus variantes imprevisibles.
La antigüedad de juegos similares está muy documentada y, hasta que aparecen algunos tableros en Italia, en el siglo XVI, que difunden el nombre actual de la Oca, muchos escritos parecen asimilar los juegos de este tipo al sitio de Troya, al camino de Santiago, a los templarios y a otras fuentes esotéricas como el Tarot, pero también a divertimentos como la lotería.
Basado aparentemente en la suerte de dos dados, el juego pretendía ser un remedo del propio camino de la vida y sus obstáculos, representados por 63 casillas cuyo número no era arbitrario. Hasta llegar al modelo actual, el juego tomó elementos de diferentes fórmulas que le aportaron caracteres diversos.
Así como hay en el juego elementos permanentes (ocas, puente, posada, pozo, laberinto, prisión, dados, muerte), los hay también circunstanciales y, a través de ellos, podemos reconocer el origen, época de impresión, autores, etc., del tablero.
Son muy frecuentes, por ejemplo, los personajes de circo, los deportistas, representantes de la lidia, niños, vendedores callejeros, músicos, animales, políticos...

El juego de la oca III



“Todos recordamos haber soñado alguna vez que vamos hacia un sitio determinado y que topamos con toda clase de obstáculos en nuestro camino. El camino se vuelve empinado o abrupto, estrecho o bajo; nos encontramos ante puertas cerradas y callejones sin salida; puentes quebradizos, turbios cursos de agua. Otras veces, vemos una figura ás o menos mítica, que acude, ya no para impedirnos la continuación del camino, sino para socorrernos en la adversidad”.

Paolo Santarcangeli:
El libro de los laberintos

martes, 5 de mayo de 2009

Ave que pasas cantando.


Ave que pasas cantando
a mí no me das ejemplo;
yo también tengo dos alas
y voy cantando lo mesmo.

Tus plumas serán vistosas,
las mías como de cuervo;
no son las plumas que sirven
pa' dir alto y pa' dir lejos.

Como tus plumas tu canto
y el mío como pa' dentro;
tal vez cantés pa lucirte
yo pa escucharme yo mesmo.

La voz no la necesito,
se cantar hasta el silencio;
no preciso del espacio
pa' dir alto y pa' dir lejos.

Mi alma no va en el camino...
a mí no me das ejemplo.

El juego de la oca II



“En el Juego de la Oca subyacen el Camino de Santiago de Compostela, la tradición Celta, la Orden del Temple, el profesionalismo de los Compañeros Constructores, la Kábala, la numerología, la alquimia, la geografía lugareña, las formas lingüísticas, la espiral (caracol) de los constructores, los Caballeros Signados, el Laberinto, el Tarot, la personalidad mágica de Merlín, la peregrinación, el perdón de los pecados, la pérdida de la libertad, los puentes o pasajes, la Vida y la Muerte entre otras”.

lunes, 4 de mayo de 2009

El juego de la Oca



Tablero de Juan Francisco Piferrer - Barcelona - S.XIX

“El que conocemos como Juego de la Oca, se cree que se inventó en Florencia, hacia 1580, por encargo de Francesco De Medici, quien lo regaló al rey español Felipe II. El juego adquirió muy pronto enorme popularidad y, en Inglaterra era calificado a finales del siglo XVI como “el nuevo y muy divertido juego de la oca”.

viernes, 24 de abril de 2009

¡Ja!... ¿y qué?

Filosofía avícola



¿Qué estuvo antes: el huevo o la gallina?

Se aceptan sugerencias...

Una gallina



Era una gallina de domingo. Todavía vivía porque no pasaba de las nueve de la mañana. Parecía calma. Desde el sábado se había encogido en un rincón de la cocina. No miraba a nadie, nadie la miraba a ella. Aun cuando la eligieron, palpando su intimidad con indiferencia, no supieron decir si era gorda o flaca. Nunca se adivinaría en ella un anhelo.

Por eso fue una sorpresa cuando la vieron abrir las alas de vuelo corto, hinchar el pecho y, en dos o tres intentos, alcanzar el muro de la terraza. Todavía vaciló un instante -el tiempo para que la cocinera diera un grito- y en breve estaba en la terraza del vecino, de donde, en otro vuelo desordenado, alcanzó un tejado. Allí quedó como un adorno mal colocado, dudando ora en uno, ora en otro pie. La familia fue llamada con urgencia y consternada vio el almuerzo junto a una chimenea. El dueño de la casa, recordando la doble necesidad de hacer esporádicamente algún deporte y almorzar, vistió radiante un traje de baño y decidió seguir el itinerario de la gallina: con saltos cautelosos alcanzó el tejado donde ésta, vacilante y trémula, escogía con premura otro rumbo. La persecución se tornó más intensa. De tejado en tejado recorrió más de una manzana de la calle. Poca afecta a una lucha más salvaje por la vida, la gallina debía decidir por sí misma los caminos a tomar, sin ningún auxilio de su raza. El muchacho, sin embargo, era un cazador adormecido. Y por ínfima que fuese la presa había sonado para él el grito de conquista.

Sola en el mundo, sin padre ni madre, ella corría, respiraba agitada, muda, concentrada. A veces, en la fuga, sobrevolaba ansiosa un mundo de tejados y mientras el chico trepaba a otros dificultosamente, ella tenía tiempo de recuperarse por un momento. ¡Y entonces parecía tan libre!

Estúpida, tímida y libre. No victoriosa como sería un gallo en fuga. ¿Qué es lo que había en sus vísceras para hacer de ella un ser? La gallina es un ser. Aunque es cierto que no se podría contar con ella para nada. Ni ella misma contaba consigo, de la manera en que el gallo cree en su cresta. Su única ventaja era que había tantas gallinas, que aunque muriera una surgiría en ese mismo instante otra tan igual como si fuese ella misma.

Finalmente, una de las veces que se detuvo para gozar su fuga, el muchacho la alcanzó. Entre gritos y plumas fue apresada. Y enseguida cargada en triunfo por un ala a través de las tejas, y depositada en el piso de la cocina con cierta violencia. Todavía atontada, se sacudió un poco, entre cacareos roncos e indecisos.

Fue entonces cuando sucedió. De puros nervios la gallina puso un huevo. Sorprendida, exhausta. Quizás fue prematuro. Pero después que naciera a la maternidad parecía una vieja madre acostumbrada a ella. Sentada sobre el huevo, respiraba mientras abría y cerraba los ojos. Su corazón tan pequeño en un plato, ahora elevaba y bajaba las plumas, llenando de tibieza aquello que nunca podría ser un huevo. Solamente la niña estaba cerca y observaba todo, aterrorizada. Apenas consiguió desprenderse del acontecimiento, se despegó del suelo y escapó a los gritos:

-¡Mamá, mamá, no mates a la gallina, puso un huevo!, ¡ella quiere nuestro bien!

Todos corrieron de nuevo a la cocina y enmudecidos rodearon a la joven parturienta. Entibiando a su hijo, ella no estaba ni suave ni arisca, ni alegre ni triste, no era nada, solamente una gallina. Lo que no sugería ningún sentimiento especial. El padre, la madre, la hija, hacía ya bastante tiempo que la miraban sin experimentar ningún sentimiento determinado. Nunca nadie acarició la cabeza de la gallina. El padre, por fin, decidió con cierta brusquedad:

-¡Si mandas matar a esta gallina, nunca más volveré a comer gallina en mi vida!

-¡Y yo tampoco -juró la niña con ardor.

La madre, cansada, se encogió de hombros.

Inconsciente de la vida que le fue entregada, la gallina empezó a vivir con la familia. La niña, de regreso del colegio, arrojaba el portafolios lejos sin interrumpir sus carreras hacia la cocina. El padre todavía recordaba de vez en cuando: ¡"Y pensar que yo la obligué a correr en ese estado!" La gallina se transformó en la dueña de la casa. Todos, menos ella, lo sabían. Continuó su existencia entre la cocina y los muros de la casa, usando de sus dos capacidades: la apatía y el sobresalto.

Pero cuando todos estaban quietos en la casa y parecían haberla olvidado, se llenaba de un pequeño valor, restos de la gran fuga, y circulaba por los ladrillos, levantando el cuerpo por detrás de la cabeza pausadamente, como en un campo, aunque la pequeña cabeza la traicionara: moviéndose ya rápida y vibrátil, con el viejo susto de su especie mecanizado.

Una que otra vez, al final más raramente, la gallina recordaba que se había recortado contra el aire al borde del tejado, pronta a renunciar. En esos momentos llenaba los pulmones con el aire impuro de la cocina y, si se les hubiese dado cantar a las hembras, ella, si bien no cantaría, cuando menos quedaría más contenta. Aunque ni siquiera en esos instantes la expresión de su vacía cabeza se alteraba. En la fuga, en el descanso, cuando dio a luz, o mordisqueando maíz, la suya continuaba siendo una cabeza de gallina, la misma que fuera desdeñada en los comienzos de los siglos.

Hasta que un día la mataron, se la comieron y pasaron los años.

FIN

Atahualpa y las aves



(Fragmento de una entrevista a Don Ata)

"Grande fue nuestra sorpresa al conocerlo cuando se despachó:
- "¿Usted sabe como se llama la calandria?,
y con cierta insolencia le respondimos que - "sí,Mimus saturninus!".
Nos respondió:
- "No, paisano, Mimus saturninus modulator para ser preciso",
a lo que respondimos con una cara de asombro y con la boca abierta y que cerramos al escuchar:

-"Mimus" porque imita a otros pájaros,
"saturninus" porque canta al amanecer cuando se ve saturno
y "modulator" porque canta lindo y modula bien".