jueves, 23 de septiembre de 2010

Tordo viejo

Información gracias a Carlos Quilmes Lopez!!!
Jorge Viñas su verdadero nombre: Jorge Antonio Berchessi ) nació en Tunuyán provincia de Mendoza Rep. Argentina el 5 de Noviembre de 1944 .
Cantor, Compositor autor y Guitarrista.
Aprendió danzas criollas con Italo Godoy, y Música regional con Alberto Rodríguez.
A los 14 años estudio guitarra con Tito Francia en la capital mendocina.
Aquí nos interpreta una Cueca Cuyana Tordo Viejo también hay dialogo .

Este vídeo es una porción del programa emitido por Canal 21 programa conducido por el Músico Santafecino jorge suligoy que vive desde muy pequeño en la Provincia de Misiones. Aquí su Página: http://www.jorgesuligoy.com.ar/

Muchos datos que figuran aquí fueron tomados del "Diccionario del Quehacer Folklórico Argentino" Autores : Héctor García Martínez y Ismael Russo, el cual es muy recomendable para el que quiere profundizar en el tema Folklore ya que implica un trabajo Biográfico de 500 paginas sobre interpretes , Compositores ,Cantores , Recitadores y mas. Si alguien tiene interés en el Libro escriba aquí: hgarciaguitarras@hotmail.com

TORDO VIEJO
Cueca cuyana

Letra de
Rafael Chocho Arancibia Laborda
Música de
Juan Francisco Frutero


I

A mis años tropecé
con unos ojazos pardos
y lo colgué a San Benito
pa que se hiciera el milagro.

Eran ojos orientales,
sombríos y puñaleros,
que me ataron a su boca
pa que probara el veneno.

Así empezó
mi padecer.
Se me han pegao como abrojo
esos ojos de mujer.
Por hacerme el tordo viejo
caí preso de un querer.

II

Cuando conocí esos ojos
me encomendé a la prudencia
pero ahora yo los adoro
sin medir las consecuencias.

Ojos bellos, hechiceros,
con que alumbro mi ansiedad,
pero si se van me dejan
en horrible oscuridad.

Así empezó
mi padecer.
Se me han pegao como abrojo
esos ojos de mujer.
Por hacerme el tordo viejo
caí preso de un querer..

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cueca de la clueca



La gallina cordobesa
cuando pone un huevo reza;
la gallina de La Rioja
con sus pollos no se enoja,
pero cuando es mendocina
baila cueca la gallina.

La gallina de Formosa,
cacareando es muy famosa.
La gallina si es Chaqueña
con sus piojos más se empeña
pero cuando es mendocina
baila cueca la gallina
y si acaso es de San Luis
baila cueca muy feliz.

Más para bailar la cueca
debe estar clueca, debe estar clueca,
cuequita de la cluequita
mi gallinita quiere bailar,
miren como baila cueca
la mendocina de mi gallina,
para mi que no sabía
por su alegría será mamá.

Si la gallina es pampeana
nunca te hace una macana.
y si nace por Corrientes
tiene pico en vez de dientes,
pero cuando es mendocina
baila cueca la gallina.

La gallina de Entre Ríos
meta bulla y meta líos,
si es oriunda de La Boca
a los gallos alborota,
y si acaso es de San Luis
baila cueca muy feliz.

Doña Gaviota



¡Muy buenos días
doña Gaviota!,
¿qué dice ud?
¿Cómo le ha ido
volando mares
buscando un pez?.

Al fin y al cabo
los dos estamos
sobre la arena
y nos mojamos
las ilusiones
con olas nuevas.

Si me acompaña
voy caminando
al faro aquél.
Mientras me cuenta
de sus amores
con un petrel.

Y yo le cuento
todas mis cosas
desde la orilla,
pues la tarea
de soñar solo
no es tan sencilla.

Ud volando,
yo caminando;
vaya pareja
que le parece
si ambos contamos
los ahujeritos
de las almejas.

Usted volando
yo caminando
charlando lento
y a las gaviotas
enamoradas
jamás les miento.

Si me detengo
es porque encuentro
un caracol.
Que se destaca
por su color
en mi colección.

Si usted se posa
muy cerca mío
me quedo quieto,
porque a su mundo,
como usted nota:
doña Gaviota,
yo lo respeto.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Aves y literatura II


" Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma
al aire de tu vuelo, y fresco toma.
Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos"...

Vaya por delante que a todo naturalista, y si es ornitólogo aún más, nos cabe el honor de que un ave haya inspirado lo que para muchos es la estrofa más perfecta de la poesía de todos los tiempos y de todos los países.
Es una de las que conforman el inagotable "Cántico Espiritual" de San Juan de la Cruz, sin duda uno de los grandes escritores de la Historia que más cerca sintieron a la Naturaleza en su conjunto. A riesgo, es más, de que se me tache de demasiado arrimador de agua para mi molino creo que su misticismo tiene un fuerte tinte panteísta. En cualquier caso, no cabe la menor duda de que los escenarios y las principales imágenes del poeta santo son casi siempre del mundo de lo espontáneo y de lo rural.

"La noche sosegada,
en pos de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora".

uno de sus momentos de máxima inspiración nos está metaforeando nada menos que al roquero solitario una de nuestras aves más bellas y de mejor canto. Ciertamente, que algo vivo y llamativo parezca llevar una vida de alejamiento y recato, ascética en suma, pone fácil la relación. De hecho, el mismo San Juan de la Cruz en los comentarios de sus propios versos reconoce que se sintió o fue hecho como el "paxaro solitario" como una suerte de iluminación porque las cualidades del ave, se entendía entonces, eran nada menos que se pone en lo más sobresaliente, que mira como casi todas las aves permanentemente hacia donde sopla el viento, y en consecuencia acepta el profundo mensaje del aire. La soledad sería la tercera cualidad, desapego de los demás que tanto requiere el misticismo. Aducían, al mismo tiempo, que no tenía color, si bien el roquero macho es de una brillante coloración azul oscura. Por último, la belleza del canto evoca, como siempre lo ha hecho a lo largo de la historia de la poesía, iguales capacidades por parte del poeta.

martes, 14 de septiembre de 2010

Aves y literatura


El ave sube sin peso y sin esfuerzo, como nuestra envidia. El ave está en el aire y es poco más que aire, como todos los deseos incumplidos. El ave concede fantasías a los ojos y marejadas sonoras a los tímpanos, como si arte fuera. El ave escribe en los aires alfabetos evanescentes, como el poeta olvidado. El ave es una fronda de músicas, como los atardeceres lo son de luces. El ave es jinete de la nube y la tormenta, como nosotros de la vida. El ave es balandro en las encalmadas, como los hilos de la virgen de las brisas otoñales. El ave siega a quienes siegan nuestras cosechas, como un buen amigo. El ave, en suma, es el cordón umbilical entre la tierra y su bóveda, como toda alma cansada.

Y además es uno de los más dinámicos provocadores de metáforas, símbolos y descripciones.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La mirada contemplativa

Pintora: Menchu Ruiz de Almdóvar Rivera.

"Miren a los pájaros del cielo, observen los lirios del campo", dijo el Maestro de Nazareth...

Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen acaso ustedes más que ellos?” (Mateo 6, 25-26)




Filósofos y teólogos de todas clases han reflexionado acerca del origen o autor de los lirios, pero para ellos pasaron inadvertidos los lirios. Científicos e investigadores de todo tipo han considerado los componentes y funciones de los lirios, pero olvidaron los lirios. Políticos y economistas de todo género han buscado los posibles usos de las flores. Amantes y adoradores los han encontrado para ponerlos a los pies de un altar o en el pecho del amado. Artistas y gente común miran la belleza de los lirios y se esfuerzan por descubrir o delimitar su forma o al menos oler su fragancia.

Nosotros hemos sido educados para usar intermediarios, pare ser consumidores de todas las cosas, incluidos los lirios, y sólo somos capaces o nos interesamos momentáneamente en analizarlos o comentarlos como buenos periodistas, de tal modo que, más tarde, bien nosotros mismos u otros puedan aprovecharse de nuestros experimentos. Si la mayoría de nuestros contemporáneos hubieran sido testigos, dicen de los sucesos de Belén o del Cenáculo, hubiéramos tenido muchísimas mas fotografías, poro no hubiéramos experimentado esos sucesos.

Los creyentes modernos, todavía se quejan de que los Evangelistas, por ejemplo, fueron demasiado sobrios al describir los hechos de la vida de Jesús. San José debería haber tenido una pequeña cámara y una grabadora escondida, entonces nosotros hubiéramos realmente "sabido".

El ciudadano moderno medio cree hoy que el Hombre "conoce" casi todas las cosas sobre los lirios, su vida sexual por supuesto, la química de su color, la función del polen, los tipos de variedades, su valor en el mercado, sus usos simbólicos, su metabolismo con la tierra ¿y cuántas cosas más?

Sin embargo los lirios son. No lo que ellos son "allí", porque ellos son también "aquí", no lo que fueron (quizás menos contaminados en la época en que el joven rabino nos dijo que los observáramos) porque los lirios son también ahora. Observar a los lirios no es mirarlos fijamente aquí o allí, ahora, antes o después. Conocer los lirios es más que situarlos en el espacio o en el tiempo o analizar sus funciones y pares. Conocer es más que clasificar y que ser capaces de predecir comportamientos.

Para ser precisos, las escrituras nos dicen que miremos a los pájaros, que tengamos en cuenta a los cuervos y a los lirios y que de nuevo observemos lirios (Mateo 6:26f. Lucas, 12:24f.). Este no es el lugar para una exégesis literaria. Los tres verbos convergen en el mismo significado: Contemplar los pájaros y los lirios.

Mirar a los pájaros en el cielo, es verlos volar. Uno recuerda aquellos versos de Acharya Atisa, el gran sabio budista de la tradición Mahayana en el siglo XI, que decía que un pájaro sin sus alas desplegadas no puede volar hacia el cielo de igual forma que un hombre cuya sabiduría primordial no haya sido desplegada, no podrá contribuir al bienestar de mundo. (Bodhi-patha-pradipa, 35-6) mirar a los pájaros es volar con ellos. Contemplar es la actividad holística indivisible, la cual nosotros continuamente dividimos en teoría y práctica.

Contemplar los lirios no es considerar como crecen y sacar la conclusión de que nosotros no debemos trabajar. No es cogerlos como un mero ejemplo. Deshacerse de toda ansiedad, puede ser la consecuencia de mirar los lirios, pero mirarlos es un acto aún más esencial. Nosotros no miramos realmente los lirios, si lo hacemos para vencer la ansiedad. Nosotros necesitamos estar ya en calma ("morando en la calma" como dicen los budistas). La requerida no-ansiedad, para observar debidamente los lirios y mirar a los pájaros.

Realmente mirar los lirios es conocerlos, lo que únicamente es posible si nosotros somos libres, no sólo de los prejuicios, sino también de todas las otras cosas que puedan perturbar nuestra mente. En un lenguaje tradicional nosotros solo podemos conocer verdaderamente si nuestro espíritu es puro, si está vacío. Sólo la vacuidad hace las cosas transparentes y cede espacio a la libertad. "El corazón de la iluminación es el espacio" dijo Santideva, otro santo budista del siglo XVIII (como es citado en el ya mencionado Atisa).

Conocer los lirios, es llegar a ser lirio –no como consecuencia de una transfiguración- desde luego. Esto no es posible si nosotros tenemos miedo de perder nuestra identidad al convertirnos solamente en una planta, aún siendo una bonita flor. Nosotros somos más que flores como el texto nos recuerda. No estamos hablando de una "participación mística" romántica o de una identificación amorfa antes de la lógica. Cuanto más somos el otro más somos nosotros mismos. Amar al vecino como a uno mismo, no es el tratamiento amable que se le da al vecino como a otro yo. Pare estar seguros nosotros no queremos dejar de ser nosotros mismos y ser convertidos en un lirio. Pero para ser nuestro ser verdadero debemos trascender nuestro ego y llegar a ser también lirios. Esto es, llegar a ser lo que todavía no somos. Este sobrepasar nuestros límites, tiene designación filosófica de trascendencia y el simple nombre de amor.

El amor está en la raíz del entendimiento. Este es un descubrimiento que la mayoría de las tradiciones han hecho. Amor no es estar catapultado hacia lo amado. Sin conocimiento existe el peligro de la alienación, no es verdadero amor. Pero conocer sin amor no es verdadero conocimiento. Sólo es coger, aprehender, apropiarse, en definitiva un robo, un saqueo. La Ecosofía debería "saber" esto.

Conocer de verdad es llegar a ser la cosa conocida sin dejar de ser lo que uno es, "llegar a ser" no es solamente cambio, no es un movimiento de lo que somos a lo que deberíamos ser. Llegar a ser es el verdadero crecimiento del ser –siendo-. Es el verdadero ritmo de la realidad. Tener en cuenta que los lirios crecen es dejarlos crecer tanto hacia dentro como hacia fuera, en los campos de la tierra y de igual forma en el campo de nuestra conciencia y en el reino divino. Para conocer los lirios tenemos que estar con ellos. Esto es experiencia. Necesitamos mirarlos más ampliamente. Esto es observación. No necesitamos arrancarlos, hacer violencia con ellos. Esto es un experimento.

La experiencia permite que los lirios crezcan en mí, la observación me deja crecer en los lirios, experimentar es explorar el crecimiento de los lirios cualquiera que sea el uso que nosotros creamos que deban tener. Lo primero tiene que seguir el ritmo de la naturaleza, lo segundo nuestro ritmo, lo tercero precisa incluirla aceleración y ello tienen que romper el ritmo. No hay tiempo que perder. Existe un inamovible sentido de la urgencia. La vida es sentida como una labor urgente (hacer algo) no necesariamente como un acto importante (ser).

La visión de la Realidad es la visión que la Realidad tiene en nosotros, es llegar a ser real. Este es el acto humano, ser un partícipe en el mundo creativo como los Vedas nos recuerdan (RVI, 164,37). La visión de la realidad no son nuestras nuevas o viejas perspectivas acerca de lo real, sino la visión que la Realidad misma revela en mí.

Cuanto más puro y vacío esté, mayor será la visión, menos distorsionada la imagen. Nosotros somos espejos de la totalidad. Esta es la específica dignidad del Hombre, dijeron los escolásticos cristianos, ser capaz de especular, es decir, ser un espejo de lo Real.

Pero el texto no olvida mencionar en su contexto, los pájaros del cielo, las flores del campo. El cielo y el campo forman el contexto de nuestra visión contemplativa. No hay pájaros o lirios como tales –no sólo en mí- por supuesto. El cielo y el campo son os mediadores de nuestra visión, no son los intermediarios. Pájaro y cielo, lirio y campo se pertenecen conjuntamente. No hay pájaro sin cielo ni lirio sin campo y viceversa, no hay cielo o campo sin "algo" dentro. Una visión holística diferencia pero no separa. Ahora bien, hay un esplendor en sí mismo de la Realidad, el svayamprakasa de la tradición hindú. La visión entonces no es ya un dibujo objetivo o una visión subjetiva. La visión es invisible, como la luz que ilumina, pero es oscuridad en el aislamiento. Benditos son aquellos que han alcanzado la infinita ignorancia (III Centuria, 88) dice Evagrius Pontius, otro sabio de la tradición del Oeste.

La contemplación no está ciega, pero no es meramente una visión, un testigo. Es también acción. Es la construcción del templo en el cual se realiza la Realidad. Nosotros somos espectadores, actores y autores de la realidad –no cuando estamos solos- aislados, sin cuando somos todos uno, integrados. Un camino hacia esta integración y un resultado de la misma (el upaya anupaya, el camino sin camino, el no hacer nada especial del Sivaismo de Cachemira) es mirar los pájaros y observar los lirios.



La rosa existe sin por qué ni motivo: florece porque florece.

No es consciente de sí misma, no se pregunta si es mirada.

(Angelus Silesius)

The notebook, Diario de una pasion.

Pajaros


PÁJAROS

Nos miran los pájaros;
acoplan sus picos,
nosotros, los labios..

Ellos canturrean,
nosotros susurramos
mirándonos el uno al otro.

Los pájaros en la frágil rama
de un acogedor y viejo árbol;
nosotros, sin apenas nido.

Ellos nos envidian,
a pesar que no nos ven volar,
con amor a flor de piel.

Nos miran los pájaros
con las niñas irisadas,
nosotros los observamos
con pupilas inundadas.

Se aman los pájaros
a la vista de todos;
nosotros nos amamos
volando en nuestro mundo.

Los pájaros nos miran
con pupilas inundadas,
nosotros y ellos.

OCELLS



Ens miren els ocells ;
ajunten els becs,
nosaltres els llavis.

Els ocells es canten,
nosaltres xiuxiuegem
mirant-nos l’un a l’altre.

Els ocells, dalt la branca
d’un vell arbre que els acull;
nosaltres, sense niu.

Ens envegem els ocells,
malgrat no ens veuen volar,
amb l’amor a flor de pell.

Ens miren els ocells
amb ninetes irisades,
nosaltres els guaitem
amb pupil·les inundades.


S’estimen els ocells
a la vista de tothom;
nosaltres ens amem
volant al nostre món.

Ens miren els ocells
amb ninetes inundades,
nosaltres i ells.

16 d’agost de 2010

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Vuelo supremo


Quiero vivir la vida aventurera
de los errantes pájaros marinos;
no tener, para ir a otra ribera,
la prosaica visión de los caminos.

Poder volar cuando la tarde muera
entre fugaces lampos ambarinos
y oponer a los raudos torbellinos
el ala fuerte y la mirada fiera.

Huir de todo lo que sea humano;
embriagarme de azul...Ser soberano
de dos inmensidades: mar y cielo,

y cuando sienta el corazón cansado
morir sobre un peñón abandonado
con las alas abiertas para el vuelo.

En la cintura de los pajaros

Yo se que tu voz viene
de los montes verdes
cruza entre las ramas secas y
puede levantar los petalos caidos

Yo se que tus ojos son
del color del rocio
tu mirada que se mezcla con
la humedad de la tierra caliente

Yo se que tu aliento va
montado en la cintura
de los pajaros que le roban
a las abejas su dulce sueño

Yo se que tu cansancio va
a encontrarse en el trigal
con las sombras de la noche y
despues bañarse en soledad

Di que soy un pajaro.



(The Notebook, Diario de Noah o Diario de una Pasion).