Una vez en un bosque un cazador se encontró a una hada con un colibrí posado en la mano, quieto, confiado.
-Cuéntame el truco!- solicitó el cazador.
-¿Qué truco? - preguntó el hada.
- El truco para conseguir que el colibrí se pose en tu mano.
- No hay truco, basta con no querer cerrar la mano.
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