miércoles, 17 de agosto de 2011

Los Captaros

Altos e invisibles sobre la laguna,
y atardando un vuelo, como el sueño, blando,
los cisnes negros cuellos van cruzando
por el blanco abismo del claro de luna.

Y "¡cáptaro, cáptaro!", grita el delantero,
y "¡cáptaro, cáptaro!", responde la banda,
al hallar el charco que buscando anda,
borrado de luna todo derrotero.

Que así, en extraviados delirios azules,
cuando la alta luna congrega su tropa,
confunden con Ledas las piezas de ropa,
o en las azoteas se estrellan, gandules.

Piérdense un instante detrás del barranco
mas, pronto, su giro veloz no vacila,
y sobre la plata del agua tranquila
caen en un leve relámpago blanco.

La luna, embriagándolos con su albo destello,
creó su sedosa blancura de perla,
y un poco de noche les quedó al beberla
en la prominente redoma del cuello.

No mancha la inmensa claridad un tizne,
y la luna, extática sobre los paisages,
sueña como un ángel cándidos celages
en que desparrama su pluma de cisne.<



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