
1.
Entre las hojas oscuras
de la enredadera
el cardenal mostró
el color más vivo
del atardecer.
2.
El cardenal anda
lo más tranquilo:
no hay chicos
que lo corran.
3.
Le das maíz
y viene.
El cardenal ya entiende:
encuentra,
entre nosotros
su hogar.
4.
Quién sabe
por donde,
pero ha entrado
a la pieza.
También yo
me asusto
y golpeo, ciego,
contra los vidrios
y busco salir.
5.
Las gallinas
lo quieren picar.
Y tenés miedo
por el gato,
que finge dormir
cuando campanea
la siesta del cardenal
en la enredadera.
6.
Es lo hermoso,
decís, lo hermoso:
el rojo más vivo
en la cabecita
y el pecho,
como una medalla.
Inmóvil, oculto
tras una chapa,
uno no se cansa
nunca de mirar.
7.
Ya entendemos:
en el cardenal,
en el rojo solar
para siempre
encendido,
late
el hogar.
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