jueves, 18 de agosto de 2011
El casero
En distintos trabajos y referencias sobre el casero se registran los siguientes nombres: En el Uruguay y Provincia de Buenos Aires: horneros; en Santiago del Estero y Tucumán, casero y hornillero; en Salta, casero, lo mismo que en Entre Ríos; en Córdoba, San Luis y Catamarca, caserita; en La Rioja, catalina; en Corrientes y en Chaco, alonsito; en Misiones, ogaraltig, voz guaranítica quie significa casa nido; en Brasil, Joao de Barro; en el Paraguay, alonsito. Es uno de los pájaros más populares de la Argentina. Nombre técnico: Fumarius rulos.
Con voluntad, con baquía,
con amor y con esmero,
en lugares elegidos
hace su casa el casero.
Cuando no le dejan árboles
él procura asidero
de un horcón, una cumbrera
o algún poste de telégrafo.
Con fe cumple su destino
y, animoso y desenvuelto,
si le destruyen el nido
él lo construye de nuevo.
En ese rancho seguro
no lo asustan aguaceros,
ni el pampero lo atribula,
ni les teme a los inviernos,
ni el morajú que es tan diablo,
se vio de puertas adentro.
Si en el monte o en la isleta
alguien perturba el sosiego,
lanza su punzante alarma
que enciende vagos misterios.
Cuando festeja la lluvia
da gusto escucharlo y verlo:
la alegría se le sube
por la voz y por el cuerpo.
Laborioso, alegre y libre
luce su overol modesto
del color que le conviene:
barro aclarado en el fuego.
Y al barro le casa brillo
su arte de fino arquitecto.
Barro familiarizado
con la luz y con el cielo,
que se le entrega y no mancha
su limpia vida de obrero.
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