miércoles, 21 de octubre de 2009
Oración al ave
Ave llena de gracia, de color, de armonía,
con quien de niño fuera cruel: el alma mía
entona el "mea culpa" de los actos cruentos
- que hoy son el torcedor de mis remordimientos-
por el pájaro muerto, por el pájaro herido,
por el que hemos privado del amor de su nido,
y el nido que hemos roto, porque sí, torpemente,
sin pensar que era obra de un ser inteligente,
de un ser útil y bueno, todo ritmo y canción,
y que era el nido aquél su propio corazón;
sin recordar siquiera que es pecado, muy grave,
nada más que manchar el plumaje de un ave...
Así, por el amor que hoy palpita en mis versos,
quisiera redimirme de esos actos perversos
y, en virtud de ese amor, me fueran perdonados,
por el Dios de las Aves, todos esos pecados.
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