jueves, 2 de agosto de 2012

Halcón en reposo


Me poso en lo alto del bosque con los ojos cerrados.
Inacción. No hay fantasías engañosas
entre mi cabeza ganchuda y mis patas ganchudas.
O bien, dormido, ensayo muertes perfectas y como.

¡Qué prácticos son los árboles altos!
La levedad del aire y el rayo del sol
son ventajas para mí.
Y la Tierra me muestra su rostro para que lo lo inspeccione.

Mis patas se cierran sobre la áspera corteza.
Hizo falta toda la Creación
para producir mis patas y cada una de mis plumas:
ahora agarro la Creación con mis patas.

O me elevo y hago girar todo despacio.
Mato donde quiero porque todo es mío.
No hay sofisma en mi cuerpo:
mis modales consisten en arrancar cabezas, son el subsidio de la muerte.
Porque la única ruta de mi vuelo pasa directamente
a través de los huesos de los vivos.
No hay argumentos que legitimen mi derecho:

el sol va detrás de mí.
Nada ha cambiado desde que empecé.
Mi ojo no ha permitido ningún cambio.
Y voy a hacer que todo siga así.

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