martes, 16 de marzo de 2010
Oración
¡Padre que estás en los cielos! De ti solamente viene el don bueno y perfecto; es obvio que también ha de ser provechoso ajustarse a las directrices y enseñanzas de aquellos a quienes hayas designado para maestros de los hombres, para guías del afligido. Por eso, ¡se propicio para que el afligido aprenda de verdad de los maestros divinamente instituidos: de los lirios del campo y de las aves del cielo! Amén
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