en un lugar provinciano
para escuchar en la tarde
la voz de todos los pájaros...
Para custodiar sus nidos,
Para custodiar sus nidos,
brizna, espina, pluma o barro,
ocultos entre la fresca
sonora sombra del árbol.
Quisiera tener un monte
para sentir lo sagrado
a la hora en que el silencio
teje las rondas del canto...
Para llevar mi guitarra
monte adentro
y allí dejarla dormida
sobre las ramas de un árbol...
Tal vez en ella haga nido
una yuntita de pájaros
mientras mi sombra se pierde,
solitaria por el campo...
Quisiera tener un monte
en un lugar provinciano
para escuchar en la tarde
la voz de todos los pájaros...”